16/11/09

M.R.I

En cada ser humano existe un sitema instintivo integrado, sin el que ni siquiera
naceríamos. Pero cada uno de nosotros también ha sido educado según un sistema
cultural específico. Lo más peculiar del hombre que nos distingue de otras bestias del reino,
es que nacemos,como ya se indicó, con doce años de antelación. Ninguna madre desearía
que fuese de otra manera; pero así es, y ese es nuestro problema. El recién nacido no tiene
el entendimiento ni de una tortuguita del tamaño de una moneda, ni de un polluelo con trozos
de cascarón todavía adheridos a la cola. Totalmente incapaz de arregláreslas por sí mismo,
el bebé homo sapiens se ve abocado durante doce años a una etapa de dependencia
de los padres o sustitutos de éstos; y es durante esos doce años de dependencia cuando
nos convertimos en seres humanos. Aprendemos a caminar como lo hace la gente, así
como a hablar, pensar y expresarnos en términos de vocabulario local.
Se nos enseña a responder positivamente a ciertas señales, negativamente a otras
o bien con miedo, y gran parte de dichas señales aprendidas no son naturales, sino del orden
social local.
Pero los impulsos que activan y controlan son relativos a la naturaleza, bilógia e instinto.
Cada mitólogía es, consecuentemente, una organización de signos de respuesta
culturalmente condicionados, contendencias naturales y sociales tan intimamente fundidas
que en muchos casos, distinguirlas entre sí resulta imposible. Y tales señales determinadas
culturalmente motivan M.R.Is grabados cuturalmente en el sistema nervioso
humano, tal y como los estímulos de la naturaleza provocan reflejos en los animales.
He definido un símbolo mitológico en funcionamiento, "como un signo directriz evocador
de energía".
El doctor Perry a denominado a dichas señales "imágenes de afecto". Sus mensajes están
dirigidos no al cerebro sino para ser allí interpretados y dirigidos directamente a los nervios,
las glándulas , la sangre y el sitema nervioso simpático.Pasan a través del cerebro, y el cerebro
educado puede llegar llegar a interferir, malinterpretar y por ello cortocircutar los
mensajes. Cuando esto ocurre los signos ya no funcionan como deberían, la mitólogia heredada
es falseada, y su valor como guía se pierde o falsea.

Joseph Campbell (from Los Mitos)

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